
Me gustan las Fiestas, especialmente cuando -ya de grande- pude decidir cómo y con quién pasarlas. Pero hay cosas que no han cambiado, como por ejemplo esos engendros tirando bombas brasileras tarde mañana y noche. Si no fuese yo alguien tan a favor de los niños y de la paz, los correría por la calle con un palo de escoba y les daría unos garrotazos.
Y encima si tenés perro, el cánido se hace pipí adentro del susto o dispara y lo vas a encontrar en Entre Ríos allá por el mes de Abril.
Y después están los hijos con crisis existencial: ¿Papá Noel es o no es real?
Y mamá ,que posa de monumento cuando dice que la fuerza del vínculo con su hija es jamás mentir, se ve obligada a soltar un discurso más rocambolesco que el del abogado de los Peirano.
En fin: Felices Fiestas, aguante ese espíritu navideño y ese estómago, que todavía falta Fin de año.
1 comentario:
jajaja Carmencita!!! geniaa
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